Ever, Sonsonate


“Me da miedo que se enferme mi mamá y mi abuela, porque hay personas que se mueren por el Coronavirus”

La pandemia del Coronavirus ha cambiado y afectado la vida de las niñas y los niños en diferentes formas, para algunos el cambio es más evidente, para otros el cambio podría parecerles poco notorio a priori. Sin embargo, el efecto no deja de ser igual de preocupante. Este es el caso de Ever, un niño de 10 años que vive con su madre, su abuela y su tío en el cantón San Isidro del municipio de Izalco.

Ever sabe que existe el Coronavirus, sabe que tiene que lavarse las manos, usar mascarilla y alcohol gel y que la gente puede morir si se llega a enfermar, esto lo sabe porque su madre se lo ha dicho. “Me da miedo enfermarme de Coronavirus, también me da miedo que se enferme mi mamá y mi abuela”, expresa Ever.

A pesar de este temor, la vida de Ever parece trascurrir igual, pues hace muchas cosas de las que ya hacía antes. Sigue ayudando en los quehaceres de su hogar, le gusta lavar trastes, hacer la limpieza y aporrear con un palo los mazos de frijoles para que se desprendan de la vaina seca. Sin embargo, Ever lamenta no poder salir a jugar a la pelota con sus amistades y no ir a la escuela. “Mi vida antes del Coronavirus era bonita, jugaba y salía, ahora no puedo hacerlo”, dice pensativo.

Cuando Ever no está ayudando en su casa, pasa el tiempo viendo televisión, jugando a los carritos y durmiendo. En realidad, según manifestó, hoy pasa más tiempo durmiendo que antes de la pandemia.

Desde que las escuelas en El Salvador cerraron por la cuarentena obligatoria, Ever ya no ha podido seguir estudiando. No cuenta con teléfono celular para seguir la educación en línea, y tampoco ha podido realizar las guías de estudio impresas, ya que no las entiende y en su casa no hay nadie que pueda ayudarle porque no saben leer.

“Ever ha tenido que dejar de estudiar porque aquí nadie puede leer y no podemos ir explicándole. Antes de la pandemia, cuando traía deberes él los hacía o venía alguien y le explicaba, pero desde que pasó eso (el coronavirus) él no ha seguido estudiando” explica la abuela de Ever, quien es la persona con la que pasa todo el día mientras su madre trabaja.

Yolanda, la abuela de Ever, tiene la esperanza de que las escuelas puedan abrir el próximo año, está consciente de la importancia de que Ever siga estudiando y pueda tener mejores oportunidades en su futuro. “Yo quiero que siga estudiando para que se pueda ganar la vida en el futuro, porque nosotros en esta época nos arrepentimos de que no tuvimos la oportunidad de estudiar”, confiesa Yolanda.

La pandemia no solo ha afectado en el área educativa a la familia de Ever; la mamá de Ever, quien es la única persona que tiene un trabajo fuera de casa, ha podido reanudar sus labores tan solo hace un par de meses, ya que, durante todo el tiempo de confinamiento obligatorio, no pudo salir a trabajar. “Han sido meses difíciles, sin embargo, Dios nos ha bendecido y hemos podido salir adelante, por ejemplo, Save the Children nos dio un bono económico para comprar alimentos”, explica la abuelita de Ever.
El bono que Save the Children entregó en asocio con el Programa Mundial de Alimentos (PMA) para contribuir a la seguridad alimentaria de las familias afectadas por la COVID-19, permitió que la familia de Ever pudiera abastecerse de alimentos y fue un respiro a la difícil situación que muchas familias salvadoreñas han atravesado, especialmente en el área rural del país.

A pesar de los momentos difíciles, Ever no pierde su alegría y sus deseos de que en un futuro pueda trabajar en el área de construcción. Y antes de despedirse hizo un llamado a todas las niñas y niños para que siempre usen mascarilla y eviten salir, y otra solicitud dirigida a las personas adultas “Que siempre cuiden a las niñas y los niños”.

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